Casa Sorel: Horizonte Mediterráneo

En la Costa Blanca (Alicante) encontramos Casa Sorel. Esta vivienda se asienta sobre una parcela en pendiente que desciende hacia el mar. 

El proyecto aprovecha la condición topográfica de la parcela para desplegar una arquitectura horizontal, ligera y perfectamente integrada en el paisaje. 

La vivienda se concibe como un juego de tres volúmenes retranqueados que generan terrazas habitables y amplias zonas de sombra, lo que subraya la relación constante entre interior y exterior.El ritmo de los planos, la pureza de las líneas y la sobriedad formal transmiten una calma esencialmente mediterránea, donde la arquitectura se funde con la naturaleza que la envuelve y prolonga sus vistas hacia el horizonte.

La identidad de Casa Sorel se construye a partir de un diálogo delicado entre texturas y matices. Los muros comparten unos acabados de apariencia vibrante y orgánica, actúan como una piel que respira con la luz, que se va transformando a lo largo del día. 

Frente a ellos, planos de piedra natural anclan la vivienda al terreno, y establece un vínculo firme con la geografía de la costa mediterránea.
El interior se envuelve en una atmósfera serena donde la madera aporta calidez y un carácter más íntimo, suavizando la contundencia del conjunto. La continuidad del pavimento en tonos arena crea una superficie envolvente y uniforme que acompaña la transición entre estancias y prolonga el espacio hacia el exterior.

La experiencia de habitar Casa Sorel se organiza a través de una secuencia de espacios abiertos y serenos, donde cada estancia mantiene un vínculo directo con el exterior. 

El salón principal actúa como corazón de la vivienda, por su extensión hacia la terraza y la piscina desbordante. Sus grandes ventanales enmarcan las vistas y permiten que la luz mediterránea recorra cada rincón, mientras que el mobiliario, dispuesto en doble orientación, invita tanto al encuentro íntimo como a la contemplación del paisaje.

La cocina se concibe como una pieza central de convivencia: un espacio sensacional que conecta con el comedor interior y, a la vez, con el porche exterior. Esta continuidad refuerza la idea de vivir hacia dentro y hacia fuera sin interrupciones, donde las actividades cotidianas se integran con naturalidad en la vida al aire libre.

La piscina, concebida como una lámina de agua infinita, refleja el cielo y prolonga visualmente el horizonte, incluso diluye los límites de la parcela. En paralelo, los patios y retranqueos aportan frescor, ventilación cruzada y rincones de calma donde la vegetación autóctona cobra protagonismo. Este diálogo entre arquitectura y naturaleza confiere a la vivienda una atmósfera introspectiva, pensada para habitar con un ritmo pausado y consciente.

En Casa Sorel, los espacios no se imponen, se ofrecen: abiertos, fluidos y armónicos, diseñados para disfrutar de la serenidad del Mediterráneo desde una perspectiva contemporánea y atemporal.