Vivienda 111K: La Fusión Zen entre Arquitectura y Paisaje Mediterráneo

En la Costa Blanca, anidada en las Cumbres del Sol en Benitachell (Alicante), la Vivienda 111K representa la arquitectura mediterránea moderna.

Ubicada entre Jávea y Moraira, su orientación suroeste enmarca un lienzo de vistas panorámicas hacia el Mediterráneo, desde la bahía de Calpe hasta el Peñón de Ifach.

La casa se establece en la ladera, no se le impide. Su arquitectura se define por un plano horizontal a lo largo de la pendiente natural del sitio, dividiendo la organización de la casa en tres niveles.

El concepto compositivo de esta residencia se articula a través de estos tres volúmenes exteriores, cuya ligereza y horizontalidad se acentúan mediante un voladizo pronunciado y la aplicación de porcelánico travertino. Este material se extiende coherentemente desde el exterior hacia el interior, y establece un ritmo visual que dialoga con el entorno.

El conjunto de materiales, cuidadosamente seleccionados, define la estética y la funcionalidad del proyecto, y logra así una sutil integración entre la construcción y el paisaje.

La piedra de travertino cubre la superficie vertical, dando a la casa una densa presencia en el suelo, mientras que la madera de roble se usa para introducir calidez en molinos, revestimientos y muebles. La paleta de material limitado se convierte en el marco para la experiencia espacial.

En el interior, la calidez del roble se manifiesta en la cocina, el mobiliario del salón y las estancias, mientras que la piedra de travertino reviste las fachadas y se introduce en los espacios interiores en tonalidades afines.

La carpintería, en una gama cromática neutra, refuerza esta continuidad estética. El mobiliario, de inspiración mediterránea, no solo aporta un carácter distintivo, sino que también infunde una sensación de hogar y calidez, esenciales en la filosofía del estudio.

La disposición diáfana de cocina abierta, con su isla central, se funde con el comedor y el salón.

Una generosa cristalera dilata estos ambientes hacia el porche, y crea una fluidez espacial que invita a la vida exterior.

La continuidad del pavimento porcelánico, desde el interior al borde de la piscina, amplifica la percepción de amplitud espacial. Esto consolida una experiencia visual unificada, fusionando los ambientes interiores con las vistas ininterrumpidas al mar y el horizonte.

El porche se erige como un espacio exterior versátil con una zona de barbacoa integrada, creando una extensión de la vida doméstica en zonas exteriores. Este área da paso a la cocina exterior, manteniendo la homogeneidad de los materiales y, al mismo tiempo invitando a la vida al aire libre.